Estudiantes se impuso ante Vélez por penales 4a3 en la final de la Copa de la Liga Profesional. El partido había culminado 1a1 en tiempo reglamentario.

Estudiantes y Vélez paralizaron al futbol argentino cuando la pelota empezó a rodar en Santiago del Estero, para poner en disputa quien se consagraba campeón de la copa de liga profesional. Luego de un electrizante 1a1 en el tiempo reglamentario, en los penales la balanza se inclinó para el pincha, que gracias a una actuación sublime de su arquero Mansilla pudo levantar el trofeo tras un 4a3 en la tanda desde los doce pasos.
El fortín comenzó mejor el partido, adueñándose de la pelota logrando establecer conexiones que terminaron en situaciones muy claras. La primera impactó de lleno en el travesaño y la otra pasó muy cerca del palo derecho de Matías Mansilla, además de algunos destellos de Thiago Fernández por el sector izquierdo.
Cuando mas difícil parecía el partido para el pincha, tuvo la capacidad para convertir el gol que lo puso arriba en el marcador. Mancuso sacó un derechazo desde casi 30 metros de distancia que se estrelló en la red del lado derecho del arco defendido por Marchiori, para desatar el primer desahogo de la tarde.
Pese a estar abajo en el resultado parcial, Vélez no se detuvo y fue a buscar el partido. Claramente los de Liniers estuvieron mejor en el primer tiempo pero no tuvieron la suerte de lograr el empate.
En el complemento las cosas se desarrollaban de la misma forma, con un Estudiantes que esperaba mientras que los dirigidos por Quinteros continuaban en la búsqueda de lastimar al rival. Sin embargo, a los 13 minutos, Fernández vio la roja luego de un codazo a Cetré en la disputa por la pelota.
No obstante, lejos de cambiar el ritmo, Vélez se puso en partido cuatro minutos mas tarde al empatar a través de una gran jugada de Sarco, que ingresó al área, se acomodó y sacó de zurda el remate, que con algo de fortuna logró ingresar en el arco, luego de desviarse en un defensor del pincha.
La igualdad no tan solo iba a ser en el marcador de tantos, sino también en la cantidad de expulsados, dado que el arbitro decidió expulsar a Benedetti a los 24 minutos, tras cortar un avance claro para el fortín. De esta forma el pincha se quedaba también con 10 hombres.
Luego de los 90 minutos en paridad, los 30 minutos suplementarios culminaron también de la misma forma, en un claro empate 1a1. Ninguno de los dos conjuntos pudo quebrar la igualdad, a pesar de intentar jugar y llegar a las áreas rivales con mas corazón que con ideas, y por supuesto con el condimento a cuestas que fue cansancio acumulado en la mayoría de los futbolistas. Pese a todos estos factores, el partido fue digno de una gran final de fútbol argentino, mas que entretenido y vibrante. Y aun faltaba la tanda de penales, siempre electrizante para cualquier aficionado del fútbol.
Desde los doce pasos la fortuna y la gloria estuvo del lado del pincha. Como lo fue ante Boca, Mansilla se convirtió otra vez en figura al atajar los remates de Joaquín García, Santiago Cáseres y Álvaro Montoro, aunque Marchiori también hizo su trabajo. Así, Estudiantes conquistó la estrella número 16 de su historia.